jueves, 30 de diciembre de 2010

ESPERANDO LA NOCHEVIEJA

“Ven conmigo, te lo ruego, a encontrar la poesía de la noche

ven conmigo, amor, para bailar en la oscuridad la danza de la luz

ven conmigo, silenciosa para descubrir la mágica noche…”

(Antigua balada escocesa)

¿Cómo nos sentimos ante el momento en que el año termina? Podemos ser escépticos y poco dados a fiestas, pero a nadie deja indiferente entrar en un nuevo año, siempre hay esperanzas, anhelos, inquietudes, esperanzas, que nos aguardan al franquear la puerta de las 12 en punto de la noche.

Hay nuevos propósitos de enmienda, de cambio, y sobre todo curiosidad, ¿somos parte de los que celebran el cambio con pequeños hechizos de fortuna como comer uvas o lentejas?, sin duda, algún rito propiciatorio haremos aunque sea por contemporizar con las costumbres familiares.

Lo de no debería faltar en cualquier caso es una mesa preparada para la ocasión de esta bella y misteriosa noche, una bella y florida mesa.

La sorpresa de Nochevieja

La noche requiere una cena más formal que de costumbre, posiblemente con más miembros de la familia presentes o con amigos, es tradicional en muchos países dar a los invitados un pequeño obsequio, un detalle que presentado con gracia puede convertirse a la vez en un augurio de buena fortuna para el año nuevo.

Una idea sería ofrecer a cada invitado un señalador de puesto en la mesa sorpresa, eligiendo cualquiera de las siguientes ideas.

1. Colocar delante de cada comensal una pequeña hucha en forma de cerdito, que es el animal de la fortuna, de barro esmaltado en algún bello color sin decorar, en el que pondremos el nombre de la persona que debe ocupar ese sitio, en la hucha se debe poner una moneda de valor simbólico, además, para completar el detalle, podemos añadir unas flores del color del mantel y la vajilla, introduciéndolas por la ranura de la hucha, del cuello del cerdito colgará un pequeño calendario.

2. Para una mesa más tradicional podemos realizar en discos de cartón duro coloreados con spray unos señaladotes, en la base se encolarán flores sin el tallo, preferiblemente anémonas o rosas muy abiertas, las pondremos en forma de corona dejando un espacio circular en el centro en el que colocaremos un frasco de vidrio, o un objeto de porcelana o una cajita cilíndrica que llenaremos de arroz, considerado uno de los amuletos más valiosos para asegurarse la abundancia y serenidad en el nuevo año; en el recipiente pondremos el nombre de cada comensal en una tarjetita adhesiva.

3. Esta idea es más formal, consiste en disponer de platitos de cristal de murano, de porcelana o cerámica decorada, en los que pondremos grabado el signo zodiacal de cada invitado o una frase de felicitación, los presentaremos con una pequeña granada encolada ligeramente para poderla desprender fácilmente, la granada es un amuleto infalible contra la tristeza y la mala suerte, en la parte superior fijaremos con cola una vela pequeña, alrededor del plato podremos poner una corona de flores de tonos suaves para hacer resaltar la granada o un poco de muerdago dorado, que es un símbolo de felicitación. El nombre del comensal se escribirá en una tarjeta que se pinchará en el fruto.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

SUGERENCIAS DE NAVIDAD


“El ruiseñor ha doblado la rama bajo su peso…

y anuncia un temblor de hojas el lírico advenimiento.

Se ha parado el aire curvo bajo el ramo del cerezo.

Es la luna en el Oriente un rojizo Buda inmenso,

Y hacia ella eleva las manos el ruiseñor de su incienso.

(¡Sube la espiral del mundo en los brazos de mis sueños!...)

(Juan Manuel Naveros Burgos – “El Advenimiento” de su libro “Poma”)

Cuando no tenemos grandes casas escasea el sitio para adornar nuestros hogares en estos bellos días, también puede que no tengamos tiempo para poner un pesebre y buscar un gran árbol de Navidad, en esos casos sin renunciar a dar un “toque” navideño a nuestras casas podemos tener en cuenta estas sugerencias:

En la puerta

Podemos poner un agradable adorno en la puerta de la entrada, tanto por el exterior como en el interior, colgando en el umbral un abanico de ramas de acebo o de abeto atadas con una cinta roja y poniendo en el punto en que se reúnen en ramillete un grupo de bolas de colores y cintas doradas o plateadas.

En la pared

Una larga rama de abeto o de acebo, o de cualquier planta similar, puede colgarse en la pared o en la repisa de la chimenea, de esta rama a intervalos colgamos cintas terminadas en bolas navideñas y un angelito o una estrella brillante.

Podemos hacer un árbol de Navidad en la pared con cintas doradas y plateadas en las que colgamos bolas navideñas.

En la mesa

En una base de ramas de abeto puestas de forma radial y muy apretadas, sobre una mesa, hacemos salir una rama seca y retorcida con muchas ramitas y ponemos en cada una bolas de colores, completamos con cintas que lleguen hasta la base.

Sobre un plato redondo fijamos con gotas de cola muchas velas dejando un espacio de medio centímetro entre ellas, las ponemos de distintos colore y diámetros, cubrimos el borde del plato con ramitas de acebo o de pino, añadiendo alguna bolita, en la cena de año nuevo pude ser una bonita y discreta iluminación de la mesa.

martes, 28 de diciembre de 2010

MANTECADOS DE MI ABUELA

En Navidad, cuando visitábamos en Huercal Overa a mi querida abuela, siempre nos recibía con unos dulces difíciles de olvidar, luego no quería ni probar los que mis padres compraban en Madrid que me parecía que empachaban y no tenían sabor, ese sabor capaz de traer recuerdos tienen estos ricos y fáciles mantecados que ella hacía en estos días para nosotros porque, como diabética que era, no los podía probar.

Ingredientes: 600 gramos de harina, 175 gramos de manteca de
cerdo, 125 gramos de azúcar glass, 125 gramos de almendra pelada, tostada y molida.
Preparación: Lo más importante, como decía mi abuela, es darle el punto de tueste a la harina sin que se queme, y sin que se quede cruda, se pone toda extendida sobre la bandeja del horno y se introduce en éste previamente calentado a 180º, y entonces, cada 2 minutos, movemos con una cuchara de madera para que se dore por igual, a mi tardo en dorarse (sin coger color) unos 12 minutos, se apaga el horno y se deja en su interior hasta que se enfríe completamente.
La almendra la compre ya molida y la tosté en el horno en una fuente de forma similar a la harina, moviéndola cada 2 minutos a 180º y se doró en unos 11 minutos con el horno previamente caliente, se saca y se deja enfriar.
El azúcar se muele si es normal para convertirlo en glass o se compra ya así, yo lo molí, en la receta del pueblo se muelen 200 gramos más para luego envolver en azúcar los mantecados, pero mi abuela nunca lo hacía para no tomar demasiada azúcar y cambiaba esa cobertura por unas semillas de sésamo que añadía a los mantecados cuando los introducía en el horno, yo seguí esa tradición.
La manteca de cerdo la tenemos a temperatura ambiente para que esté blandita y la mezclamos con el azúcar, añadimos la almendra y lo ultimo la harina poco a poco para que la vaya absorbiendo, queda una masa compacta que debemos envolver en papel film y dejar como una hora en el frigorífico, después la sacamos y vamos cogiendo pequeñas p
orciones y dándoles forma redondeada con las manos haciendo círculos más o menos del mismo tamaño, los ponemos en la fuente de horno sobre papel especial para horno y añadimos unas semillas de sésamo de adorno por encima, introducimos a 180º unos 10 minutos en el horno previamente caliente, deben quedar solo un poco dorados, se dejan enfriar completamente antes de probarlos.

martes, 21 de diciembre de 2010

COMO LOS ÁRBOLES DE NAVIDAD

“Porque a la tarde podrá verte, amor, y asistir todavía a aquel maravilloso espectáculo, también al atardecer, con el que muere el día, me produce un dulce placer.” (Anónimo – De “Antiguas líricas japonesas”)

Vuelve la Navidad, cada vez es más frecuente encontrar pinos luminosos y adornados en las ciudades y en muchas casas, una costumbre que arraigó en nuestra cultura, y ahora es también algo nuestra, a pesar de sus orígenes de leyenda nórdica.

Podemos indagar en las leyendas sobre el árbol de navidad y finalmente encontrar que el árbol representa un culto muy arcano a las plantas, cultos paganos de adoración y sacralización de todos los elementos de la naturaleza, entre ellos los árboles.

Los druidas de Europa central celebraban la conmemoración de uno de sus dioses, Frey, dios del sol y de la fertilidad, adornando un árbol, en fechas próximas a la celebración cristiana de la navidad, éste árbol era llamado “Árbol del Universo”.

Un árbol que brilla en un bosque, ¿de quién fue la primera idea?, los alemanes se la atribuyen a Lutero que, según cuentan, adorno una fría noche con velas un abeto, pero parece que se trata, como tantas veces, de poner una capa de religiosidad contemporánea a costumbres paganas mucho más antiguas.

Pero, posiblemente, no hagamos más que imitar una vez más a la Naturaleza, quizá fue un árbol en un bosque el que inspiro la tradición, cuando sobre él se posaron brillando intermitentemente unas luciérnagas. (Foto de luciérnaga a la izquierda)


El lenguaje de amor de las Luciérnagas

Este misterioso y atractivo insecto, el “Lampyris noctiluca”, pertenece a la familia de los coleópteros y se caracteriza por la intensa fosforescencia intermitente que emite, la luciérnaga hembra brilla con una clara función sexual invitando al macho a la parada nupcial; su órgano luminoso esta en la parte ventral del abdomen y varía en posición y magnitud según el sexo y la especie, aunque la fuente de luz siempre es más visible en la hembra.

Cuando comienza el cortejo se suceden códigos de luz entre ambos sexos, con complicadas señales que varían en intensidad, color y ritmo, y cada macho de la especie es atraído por una sola hembra.

El espectáculo de luces entre los árboles resulta más impresionante cuando junto a las luciérnagas se reúnen unos grupos de insectos conocidos como “Phrixothrix” que también pueden brillar, los cuerpos des sus hembras son como los de las orugas, pero poseen once placas forescentes a los lados del tórax y el abdomen y llevan sobre la cabeza una especie de farolillo rojo. (Foto de Phrixothrix a la derecha)


Un reclamo de amor

Hay también unos insectos, llamados Lampíridos del género Colopholia, que viven en las zonas del trópicos y sobre todo en Birmania, que se reúnen, según el sexo, en diferentes árboles y comienzan a emitir sus propias señales luminosas con un sincronismo impresionante.

Cada árbol se enciende y se apaga lleno de machos de la especie y como una respuesta desde el árbol vecino las hembras responden de igual forma.

El bosque se transforma y podría decirse que allí de forma natural se ilumina con formas que recuerdan nuestras imágenes navideñas.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Historia de los meses: DICIEMBRE


Diciembre: Su nombre deriva del latín “diciem”, o sea diez, pues era el décimo mes en el calendario gregoriano, en el que marzo era el primer mes, después retuvo este nombre aunque se añadieron los meses de enero y febrero y quedo como el doudécimo mes. En el cómputo copto de la cuenta egipcia constituye el primer mes del año.

En esta época en Roma se dejaban descansar a los animales que ayudaban en las faenas agrícolas.

En este mes tienen lugar las fiestas más exóticas del calendario romano, las Saturnales, en conmemoración de la bucólica y mítica Edad de Oro en la que reinaba Saturno, dios de la cosecha, éste fue acogido por un dios más antiguo que él, Jano, el dios de las dos caras, que preside el nacimiento del nuevo año.

En la antigua Roma se suspendían las sesiones del Senado, se cerraban los Tribunales y se daban vacaciones a los escolares, existía la costumbre también de conceder la libertad a prisioneros y aplazar las ejecuciones.

En estos días de fiestas Saturnales se celebraban carnavales, como orgías que destruían el orden existente para volver al Caos primordial, también tenían la costumbre de hacerse regalos.

Otras fiestas eran las Opales, en honor de Ops, diosa de la abundancia y las Angeronales, también llamadas Divales, en honor de Angerona, diosa de oscura naturaleza.

Es también el mes del solsticio de invierno, el tiempo cósmico que señala el

nacimiento de los dioses solares, como Osiris en Egipto, dios benéfico cuyo nacimiento fue anunciado por una misteriosa y potente voz que retumbó en el Templo de Tebas y del dios iraní del cielo y la luz Mitra, que nació milagrosamente del seno de una roca y los pastores fueron los primeros en dirigir sus plegarias al niño desnudo cubierto tan solo por un gorro frigio.

Después del Edicto de Milán, por el que Constantino declaraba el cristianismo romano como religión oficial del Imperio, los romanos seguían celebrando su fiesta del solsticio de Invierno, la Iglesia decidió absorber esa fiesta, dotándola de un sentido cristiano, atribuyendo a estos días la Natividad del Señor. El Sol que vence a las tinieblas es Cristo, y desde entonces la Navidad se corresponde con la noche del 24 al 25 de diciembre.

Entre los griegos se veneraba, sobre el 26 de diciembre, a la diosa Deméter en su manifestación de campo labrado preparado para la siembra

El 31 de diciembre se celebraba con fuegos en una fiesta catártica en la que se hacían ofrendas a la diosa Strenia

Los druidas del norte de Europa usaban el “mistletoe” (muerdago) en una festividad en diciembre. Los occidentales todavía usan el muerdago en Navidad.

Entre los pueblos celtas, en el solsticio de invierno se celebraban las Fiestas de Yule, relacionadas con la mitología nórdica, este días se encendía el “leño de Yule”, del año anterior y se hacía arder durante 12 horas, luego se esparcían las cenizas por los campos para que fueran fértiles.

En el calendario egipcio este mes se denominaba mesori, en el calendario hebreo corresponde aproximadamente con el mes de Tevet, del acadio “tabitu” que significa en que uno se hunde, por las inundaciones causadas por la lluvias en esta época del año, tras ellas, salen los cabritos a pastar, y se celebraba la fiesta de “Jánuca” o fiesta de las luminarias (ultimo del mes anterior y primeros días de este mes).

En el calendario árabe actual se denomina Du al-Hijja, significa literalmente “el de la peregrinación”, pues es la época del año en que los musulmanes suelen realizar la peregrinación a la Meca.

Una canción abrucesa dice que en diciembre nos calentamos junto al fuego por delante y nos helamos las espaldas cogiendo un fuerte resfriado, por lo demás lo considera el mejor de los meses, la copla, habla de 12 jovencitos que, vestidos de forma simbólica y acompañados de diversos instrumentos, van por aldeas y ciudades entre Navidad y Año Nuevo, cantando las ingenuas peripecias de los “doce meses del año”.

La piedra de diciembre es la turquesa y su flor, el narciso.

En diciembre, en jardinería, es la época de podar y plantar árboles y arbustos, sobre todo de raíz desnuda, también podemos plantar setos y rosales de raíz desnuda, así como bulbos de floración primaveral como narcisos y tulipanes.

El abonado debe hacerse en esta época.

Alimentos de diciembre: Nueces, granadas, caquis, castañas, calabaza de invierno, vieras, apio, berenjenas, brócoli, calabacín, endivias, pomelo, naranja, limón, zanahorias, aguacates, plátanos, bacalao, besugo, cherna, breca, lubina, mero, rape y salmón.

Algunos refranes de diciembre:

En diciembre se hielan las cañas y se asan las castañas.

Diciembre es un viejo que arruga el pellejo.

Tras diciembre nebuloso viene enero polvoroso.

Sembrar en noviembre y barbechar en diciembre. (Abajo flores de diciembre de la página: www.odisea2008.com)

miércoles, 15 de diciembre de 2010

GALLETAS ÁRABES DE ARGEL

(Según la leyenda, Argel fue fundada por el héroe mitológico Hércules, se calcula que su fundación sería anterior al siglo IV a. C. Al principio fue un puerto fenicio llamado Ikosim, estas galletas se toman acompañadas de té a la menta) Abajo Argel en el Siglo XVI)

Ingredientes: 75 gramos de azúcar glass, 1 sobre de levadura, la mitad de, un ¼ de cucharadita de café de sal, 2 cucharadas soperas de aceite de oliva, 50 gramos de mantequilla derretida o muy blandita, 3 cucharadas soperas de agua de azahar, 75 gramos de sésamo pulverizado y 25 gramos sin pulverizar, 200 gramos de harina de repostería.

Preparación: Trituramos el azúcar con el sésamo para reducirlo a polvo si no lo hemos comprado ya molido, pasamos todo a un bol y añadimos la levadura, la sal, el aceite y la mantequilla, mezclamos, ponemos la mitad de la harina y mezclamos, añadimos el agua de azahar y vamos añadiendo según la admita el resto de la harina.

Debe quedar una masa compacta capaz de poder manejarse con las manos, hacemos pequeñas bolitas y las aplastamos poniéndolas en la fuente de horno, sobre papel vegetal de horno, las adornamos con las semillas de sésamo sin moler reservadas y las introducimos en el horno previamente caliente, durante 10 minutos al menos, a 180 grados, se introduce la bandeja en la parte intermedia del horno, primero se doran sólo con la parte del horno de arriba encendida, cuando tienen un bonito color dorado suave, se cambia el horno a la de abajo y se tienen hasta que se ven doraditas también por debajo, el tiempo depende de un horno a otro, hay que estar pendientes mientras se cuecen. (De mi cosecha, les puse un poquito de canela a algunas antes de meterlas al horno y están muy ricas)

Cromoterapia: Nos vienen bien para levantar el ánimo y sentirnos más optimistas.

Signos del Zodiaco: Géminis, Leo, Escorpión, Capricornio, Acuario y Piscis.

Grupos Sanguíneos:

Grupo O: La harina de trigo no es tolerada por este grupo y debería tomar la menos posible, ni son recomendables los azúcares industriales, pero el sésamo y resto de ingredientes, menos la mantequilla y la canela, son neutros, y puesto, que solo se toman de tarde en tarde, pueden probar a tomar alguna si optan por hacer estas riquísimas galletas árabes.

Grupo A: La harina de trigo deben restringirla, pero en la pequeña cantidad que está aquí pueden disfrutar de la receta, la canela, sésamo y resto de ingredientes, menos la mantequilla, y el azúcar, son recomendables.

Grupo B: Deben limitar el trigo y no les favorecen las semillas de sésamo, así que esta receta no es muy recomendable para ellos.

Grupo AB: Tampoco es óptima para este grupo, ya que su ingrediente básico, el sésamo, no es recomendable, pueden probarlas teniendo en cuenta que no les favorece.

lunes, 13 de diciembre de 2010

EN LA BODEGA DE LAS TRES CARABELAS


“…Porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra santa fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otra cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y todo daban de aquelloque tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más que una, harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos…” (Diario de a bordo de Cristóbal Colón, por Bartolomé de las Casas)

El viaje de Cristóbal Colón, además de marcar el comienzo de una nueva era,
también fue el comienzo de un cambio culinario muy importante, nos sirvió para conocer plantas comestibles que se convirtieron, en algunos casos, en base de nuestra alimentación.

El 12 de octubre de 1492 llegaba tras un arriesgado viaje Cristóbal Colón a Guanahaní, descubriendo el “Nuevo Mundo”, las repercusiones del acontecimiento en el destino de los hombres fueron decisivas para la actual composición del mundo.

La rivalidad que surgió en los mares por acceder a las riquezas de esas doradas tierras hizo que se potenciaran las empresas navales.

Hubo muchos cambios en nuestras vidas por la empresa acometida, pero centrándonos en el aspecto culinario, fue una gran conmoción en las mesas, por ejemplo, el pavo (Meleagris gallipavo), tan típico en nuestras mesas en las fechas a las que nos aproximamos, ignorábamos que existiera, mientras los pueblos aztecas lo criaban como alimento exquisito y le atribuían particulares propiedades terapéuticas, en el siglo XVI, esta ave de corral ya se había difundido por casi toda Europa, llamándose “Pollo de Indias”, de donde proviene la palabra “dindo”, que designa esta gallinácea en varias regiones de Europa.


¿Qué tesoros trajo Colón de las fabulosas Indias Occidentales?

El Maíz : fue uno de los primeros alimentos que el marino probó en América, le trajeron panochas sus hombres, después de explorar el interior de Cuba, donde los indígenas se alimentaban con harina amarilla extraída de las panochas, cocida en agua y tomada como una sopa espesa. El navegante escribió en 1498 a los Reyes Católicos, una relación describiendo aquel desconocido cereal, contaba su encuentro con los indígenas junto ala punta de Alcatraces, decía así: “Los indígenas hicieron traer pan y frutas de muchas especies y vinos de varias clases, blancos y colorados; pero más que de uva parece que están hechos con diversas clases de frutas, así, por ejemplo, debe ser de la de maíz, que es una semilla parecida a la del panizo, que yo traje de allí y de la que mandé mucha a Castilla”.

La Pimienta: que se convirtió en un condimento muy popular en poco tiempo, fue descrita en el diario del navegante el 15 de enero de 1493, hablando de la zona que rodea el golfo de Samaná, en la isla de Haití, dice: “Mis hombres encontraron allí mucho “aji”, que los indígenas usan como pimienta y que tiene mejores cualidades que la nuestra, porque puede considerarse como una verdadera comida para quien consigue soportar su fuerte sabor. Nadie allí come nada sin condimentar con este aroma; en un año se podrían cargar en esta isla más de 50 carabelas”

Hoy, 500 años después el pimiento se consume en gran escala, es llamado “aji”, y hay variedades con sabor más dulce, conocidas como “ajíes dulces”.

La Patata: uno de los alimentos más importantes traídos de América a Europa, Colón no la consideró digna de mención, por lo que no llegó a Europa hasta el año 1550, gracias al navegante francés Charles de Lécluse.

Las primeras variedades importadas producían tubérculos de sabor agrio y se utilizaban como alimento para los animales, aunque también eran consumidas por las clases más pobres, fue Parmentier quien en el siglo XVIII consiguió difundir el consumo de la patata hasta en la mesa del rey.

El tomate: sin duda una de las hortalizas que más amplia difusión tuvo y más se ha utilizado en la creación de platos tradicionales con posterioridad.

Las ananas: en su segundo viaje, hacia 1493, el navegante comenta en su diario de abordo: “hay unas frutas que tenían el aspecto de piñas verdes, iguales que las nuestras, pero mucho más gruesas y con una pulpa maciza dentro como la del melón, pero de sabor y olor más suave, y estas frutas nacían de plantas parecidas a los lirios y a los áloes espontáneos en los campos”.

Comienza la era del tabaco

El tabaco fue considerado como la mayor novedad traída por los marineros de Colón en su regreso de América, ya en el primer viaje habían visto fumar las extrañas y desconocidas hojas enrolladas por los habitantes de Cuba o quemadas en extrañas “tacitas” (futuras pipas) por los indígenas.

Al volver a España los tripulantes aspiraban ininterrumpidamente el humo de la nueva hierba llamada “tabaco”.

La planta estaba destinada a suscitar mucho interés, el embajador francés en Lisboa, Jean Nicot (de quien tomo el nombre la nicotina) adquirió unas plantas llegadas de América y las envió como homenaje a Catalina de Medicis, que estuvo entusiasmada porque sus cirujanos creían haber encontrado en la nueva hierba una panacea para curar las enfermedades, la llamaron “hierba santa” y “hierba de la reina”, pero más tarde el nombre de tabaco prevaleció.

Al principio sólo los boticarios podían vender la nueva planta y con receta médica.

En el siglo XVIII el gobierno francés estableció especiales normas e impuestos sobre la venta de tabaco, impuesto que en poco tiempo le reportó cinco millones de francos de oro, en la Revolución Francesa se concedió libertad a todos los ciudadanos para cultivar, vender y preparar tabaco, lo que permitió a un tal Robillard construir la primera manufactura en París, en el Quai d’Orsay y hacerse inmensamente rico.

Muchas plantas nuevas

La Manioca: de las raíces de esta planta, muy difundida en las regiones cálidas del nuevo mundo, se consiguen las mejores calidades de tapioca. Las costumbres de los indígenas, con el uso que hacían de este tubérculo debidamente triturado, despertaron la curiosidad de Colón que se preocupó de llevar a España la receta de una popular y sabrosa hogaza indígena llamada “cazabi” nombre del que deriva la actual “casovo” que es como se conoce en el Nuevo Continente a la harina de manioca, constituyendo uno de los ingredientes más usados en su cocina tradicional.

La calabaza: una hortaliza muy difundida en los países mediterráneos, al principio fue impopular como el tomate, hasta que las clases menos pudientes comenzaron a utilizarla en sus comidas.

Los cacahuetes: fueron descubiertos por los marineros españoles entre los primeros alimentos, los llamaron “avellanas de tierra” 0 “avellanas americanas”, muy bueno es el aceite extraído de ellos.

El cacao: tuvo un comienzo mejor que el del tomate y la calabaza, las bayas fueron conocidas en 1502 en el interior de una isla donde el cacao era usado como moneda de cambio, así lo cuenta el propio hijo de Cristóbal Colón:”En la isla de Guanaca o Guarnara mi padre encontró muchas de estas almendras que los de Nueva España consideran como moneda. Parece que ellos las tienen en gran estima, porque yo noté que en cayendo algunas de estas almendras, rápidamente se inclinaban a cogerlas como si se les hubiera caído un ojo”.

En 1515, en España, se probó por primera vez el chocolate, nombre que deriva de la palabra mexicana “choco” (cacao) y “lat” (agua), pero su uso fue inicialmente obstaculizado por el clero, en especial por un padre llamado Brancaccio que escribió una diatriba de uso chocolatae, hasta el siglo XVIII no se disfrutó sin prevenciones de esta bebida.

Coca, higo de India, pita y dalia

De la primera de estas plantas se extrae la cocaína, alcaloide muy usado en medicina y cirugía. Los marineros vieron que los indígenas panameños masticaban una pasta de estas hojas desmenuzadas y mezcladas con cal y vieron sorprendidos la acción energética y excitante, aunque trajeron a España semillas, éstas no arraigaron.

El higo de India y la pita, se aclimataron a la cuenca del Mediterráneo formando parte de nuestro paisaje hoy día.

La dalia crece hoy también en todos nuestros jardines y también tiene su origen en aquellos días, en Europa, al principio, se cultivaba por sus tubérculos comestibles, fue a partir del siglo XVIII cuando el señor de Mongolfier, que vivía en Annonay, al recibir a un amigo de las islas Mauricio consideró que las plantas de dalia eran de gran belleza y las utilizó como elementos decorativos difundiendo su cultivo.

Las dalias crecen espontáneamente en Mexico y los indígenas las conocen como “acocotli”, su nombre actual procede del director de los jardines reales de Madrid, el abad Cavanilles, que la describió y llamó así en honor del botánico sueco Dahl, alumno del gran naturalista Linneo.

sábado, 11 de diciembre de 2010

UN PRADO AUTÉNTICO PARA EL PESEBRE


“La ovejita de yeso sobre la colina de cartón pide humildemente permiso a los Reyes Magos en adoración” (G. Gozzano – “Navidad”)

De un tiempo a esta parte, animados, quizá por los comerciantes, somos muy propensos a celebrar nuevas fiestas importadas de otros países y tradiciones, como la cada vez más introducida Halloween o Noche de Brujas, pero ¿qué pasa con nuestras propias tradiciones como poner el Belén?, no deberíamos renunciar fácilmente a costumbres arraigadas porque conservarlas nos da una unión como pueblo y nos conecta con la infancia, poner el Belén es aún uno de los recuerdos nítidos de la Navidad que muchos de nosotros conservamos, añadir cada año una nueva figura, inventar nuevas formas de hacer que algo pareciera realmente agua, enseñar nuestras “pequeñas obras” satisfechos a nuestros amigos.

Parece que fue ayer, pero representar el pesebre es algo que se viene haciendo desde hace siete siglos, uno de los primeros pesebres fue el realizado por San Francisco de Asís en una gruta para celebrar la Navidad con sus frailes, luego vinieron los célebres pesebres napolitanos, el primer pesebre en Nápoles es mencionado en un documento de la iglesia de Santa María del pesebre en 1025, son obras de arte con autómatas e ingenios, también se hicieron preciosos pesebres en piedras preciosas y otros materiales nobles, y no menos bonitas otras representaciones más modestas talladas en miniaturas realizadas hasta en una nuez. (Arriba figurita de pastor y pesebre napolitano)

Cuando yo era pequeña esperaba con ilusión que mi padre me llevara en recorrido por todos los belenes más representativos de la ciudad, disfrutaba comparando cada uno de ellos e intentando imitar en casa alguna cosa que me hubiera sorprendido, recuerdo como algo muy curioso que una vez me llevo a ver un Belén humano que me pareció increíble.

Junto a piezas de excepción quedaba un interminable desfile de ingenuas chozas de paja, de papel, de cartón.

Para todos los que aún guardan nostalgia y quieran recuperar la ilusión de hacer un Belén excepcional hay un modo sencillo de obtener un hermoso tapiz verde, hecho de hierba real.

Ovejitas en el prado

Cuando hacemos el Belén hay que tener presente que el paisaje debe tener parecido con la realidad, poner los corderitos no esparcidos sino juntos al lado del pastor y el perro guardián como sucede en la realidad y no esparcidos, y sobre un lecho de hierba verde, lo que dará vivacidad a toda la representación.

Esta capa puede cubrir toda la extensión del Belén o solo una parte, depende de la paciencia y el tiempo de que dispongamos y del espacio que podamos ocupar.

Hierba de verdad

Necesitamos disponer de pequeñas fuentes de plástico o de hojalata que no sean más alta de 2 centímetros, el fondo de la fuente lo cubrimos con una capa de algodón en rama o algodón hidrófilo de una altura igual al borde de la fuente, luego, sobre la superficie algodonosa se esparcen, a elección, semillas de las siguientes especies:

Berro: esta es la más adecuada porque vive habitualmente en el agua.

Mijo: sirve para que el prado sea ligero, de color verde claro.

Trigo o Arroz: dan una hierba de color verde vivo.

Lentejas: producen una vegetación con hojitas ligeramente carnosas.

Las semillas deben cubrir toda la superficie de forma espesa, pero con una sola capa.

Terminada la siembra, debe rociarse el algodón con un vaporizador, de forma que esté bastante empapado en agua. La fuente se coloca en un sitio luminoso y con un ambiente cálido, cada día debemos irrigarla para mantenerla húmeda y, en general, en unos pocos días se cubrirá de una suave pelusa verde.

Cuando el tapiz de hierba se ha formado debe procederse a la preparación del pesebre, sin dejar de tener húmeda cada día la hierba, que puede durar algo más de una semana antes de empezar a tomar un tono amarillento, por lo que no es mala idea preparar un prado de reserva para el resto del tiempo.

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