domingo, 4 de abril de 2010

Una Salsa que sabe a Primavera

“Si hay un lugar malsano y se cultiva menta en él, quedarán purificados el suelo y el aire. Y quien llegue a comer de esa hierba tendrá gran poder de amor…” (de un manual de herboristería del siglo XVI)
Más recientemente, en el siglo XVIII, Joseph Priestley, valorado pensador y científico, observó que las plantas de menta restauraban el aire que había sido consumido por la combustión de una vela , considerando que la naturaleza utiliza la vegetación para restablecer el aire.

Desde los tiempos de los dioses
La menta es tan antigua que aparece en los relatos más arcaicos mitológicos, cuenta un mito griego, que Menta, era una ninfa hija del río Cocito, un afluente del Aqueronte o del Estigia, según las versiones, ríos que separan el mundo de los vivos del de los muertos, pero tuvo la poca fortuna de que se fijara en su belleza el mismo Hades, dios del inframundo, por lo que Proserpina, su esposa, celosa
convirtió a la joven en una plantita (según otras versiones de sus restos creo la plantita el mismo Hades).
Este relato demuestra que la especie era conocida y apreciada en tiempos muy antiguos, se empleaba para aromatizar y para preparar diversas recetas de belleza y culinarias.
La planta también es mencionada en la “Historia Natural” de Plinio el Viejo, como especie de grandes virtudes y apreciado olor. También en esa época se utilizaba para realizar cosméticos y como condimento culinario.

Una salsa al gusto de la nobleza
Con la especie “Mentha Rotundifolia”, menta de hojas redondas, o con la “Mentha Spicata, también conocida como “Mentha Viridis”, menta verde, se puede preparar una refinada salsa, ambas especies son cultivables en maceta y tienen un similar aroma y sabor.
La salsa puede ser preparada con las flores de la menta, en cuyo caso su color será pajizo y tendrá un sabor muy delicado; o también, con las hojas, en cuyo caso, tendrá una bonita tonalidad verde y su sabor será más definido y potente.
Esta salsa acompaña los asados, dándoles un acompañamiento muy grato al paladar, pero también puede servirse con pescado cocido, patatas cocidas o asadas, y carnes y pescados a la brasa.
La receta aparece en un pequeño y famoso volumen de recetas m
uy conocido y apreciado en su época, que data de 1614, escrito por Diego Granado, cocinero de la corte real, llamado “Libro del Arte de la Cozina”.
LA RECETA
Recoger del modo habitual (al atardecer o al amanecer), un puñado de flores de menta o de hojas, según deseemos emplear unas u otras para confeccionar la receta, si recogemos hojas deben ser de las menos tiernas que son más ricas en esencias y aromas.
La cantidad recogida se pone en 1 litro de vino blanco seco de calidad en infusión. Después de 3 horas, se pone a hervir todo en una cazuela esmaltada. Cuando el líquido comience a hervir se añaden 5 granos de pimienta blanca y un gajo de limón. Se deja hervir sin tapar durante ¼ de hora, y luego se filtra.
Este líquido resultante se vierte filtrado en una cazuela baja y ancha esmaltada y se pone al fuego sin cubrir haciéndolo hervir hasta que el líquido quede reducido a ¼ litro. En un recipiente resistente al fuego a parte se diluye un poco de mantequilla con una cucharada de harina o maicena, se vierte sobre el líquido reducido de vino y menta, moviendo para que no queden grumos y quede fluido. Se puede añadir un poco de sal y pimienta, aunque desfiguran su fino aroma.
Se sirve caliente o tibia, pero no fría, solo queda probar el resultado en las caras de los admirados comensales
.

2 comentarios:

  1. Carlota, esta salsa es una maravilla. Espero poder probarla pronto, Ya te contaré como me sale. Espero sinceramente que no hayas tenido que comer aire...Aunque hay sitios que ya te lo venden envasado y listo para su consumo. Un beso

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  2. Eso del aire embotellado ¿es broma o existe de verdad? Un beso para tí también.

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