“…Porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra santa fe con amor que no por fuerza, les di a algunos de ellos unos bonetes colorados y unas cuentas de vidrio que se ponían al pescuezo, y otras cosas muchas de poco valor, con que tuvieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla. Los cuales después venían a las barcas de los navíos adonde estábamos, nadando, y nos traían papagayos e hilo de algodón en ovillos y azagayas y otras cosas muchas, y nos las trocaban por otra cosas que nos les dábamos, como cuentecillas de vidrio y cascabeles. En fin, todo tomaban y todo daban de aquelloque tenían de buena voluntad, mas me pareció que era gente muy pobre de todo. Ellos andaban todos desnudos como su madre los parió, y también las mujeres, aunque no vi más que una, harto moza, y todos los que yo vi eran todos mancebos, que ninguno vi de edad de más de XXX años, muy bien hechos, de muy hermosos cuerpos y muy buenas caras, los cabellos gruesos casi como sedas de cola de caballos y cortos…” (Diario de a bordo de Cristóbal Colón, por Bartolomé de las Casas)
El viaje de Cristóbal Colón, además de marcar el comienzo de una nueva era, también fue el comienzo de un cambio culinario muy importante, nos sirvió para conocer plantas comestibles que se convirtieron, en algunos casos, en base de nuestra alimentación.
El 12 de octubre de 1492 llegaba tras un arriesgado viaje Cristóbal Colón a Guanahaní, descubriendo el “Nuevo Mundo”, las repercusiones del acontecimiento en el destino de los hombres fueron decisivas para la actual composición del mundo.
La rivalidad que surgió en los mares por acceder a las riquezas de esas doradas tierras hizo que se potenciaran las empresas navales.
Hubo muchos cambios en nuestras vidas por la empresa acometida, pero centrándonos en el aspecto culinario, fue una gran conmoción en las mesas, por ejemplo, el pavo (Meleagris gallipavo), tan típico en nuestras mesas en las fechas a las que nos aproximamos, ignorábamos que existiera, mientras los pueblos aztecas lo criaban como alimento exquisito y le atribuían particulares propiedades terapéuticas, en el siglo XVI, esta ave de corral ya se había difundido por casi toda Europa, llamándose “Pollo de Indias”, de donde proviene la palabra “dindo”, que designa esta gallinácea en varias regiones de Europa.
¿Qué tesoros trajo Colón de las fabulosas Indias Occidentales?
El Maíz : fue uno de los primeros alimentos que el marino probó en América, le trajeron panochas sus hombres, después de explorar el interior de Cuba, donde los indígenas se alimentaban con harina amarilla extraída de las panochas, cocida en agua y tomada como una sopa espesa. El navegante escribió en 1498 a los Reyes Católicos, una relación describiendo aquel desconocido cereal, contaba su encuentro con los indígenas junto ala punta de Alcatraces, decía así: “Los indígenas hicieron traer pan y frutas de muchas especies y vinos de varias clases, blancos y colorados; pero más que de uva parece que están hechos con diversas clases de frutas, así, por ejemplo, debe ser de la de maíz, que es una semilla parecida a la del panizo, que yo traje de allí y de la que mandé mucha a Castilla”.
La Pimienta: que se convirtió en un condimento muy popular en poco tiempo, fue descrita en el diario del navegante el 15 de enero de 1493, hablando de la zona que rodea el golfo de Samaná, en la isla de Haití, dice: “Mis hombres encontraron allí mucho “aji”, que los indígenas usan como pimienta y que tiene mejores cualidades que la nuestra, porque puede considerarse como una verdadera comida para quien consigue soportar su fuerte sabor. Nadie allí come nada sin condimentar con este aroma; en un año se podrían cargar en esta isla más de 50 carabelas”
Hoy, 500 años después el pimiento se consume en gran escala, es llamado “aji”, y hay variedades con sabor más dulce, conocidas como “ajíes dulces”.
La Patata: uno de los alimentos más importantes traídos de América a Europa, Colón no la consideró digna de mención, por lo que no llegó a Europa hasta el año 1550, gracias al navegante francés Charles de Lécluse.
Las primeras variedades importadas producían tubérculos de sabor agrio y se utilizaban como alimento para los animales, aunque también eran consumidas por las clases más pobres, fue Parmentier quien en el siglo XVIII consiguió difundir el consumo de la patata hasta en la mesa del rey.
El tomate: sin duda una de las hortalizas que más amplia difusión tuvo y más se ha utilizado en la creación de platos tradicionales con posterioridad.
Las ananas: en su segundo viaje, hacia 1493, el navegante comenta en su diario de abordo: “hay unas frutas que tenían el aspecto de piñas verdes, iguales que las nuestras, pero mucho más gruesas y con una pulpa maciza dentro como la del melón, pero de sabor y olor más suave, y estas frutas nacían de plantas parecidas a los lirios y a los áloes espontáneos en los campos”.
El tabaco fue considerado como la mayor novedad traída por los marineros de Colón en su regreso de América, ya en el primer viaje habían visto fumar las extrañas y desconocidas hojas enrolladas por los habitantes de Cuba o quemadas en extrañas “tacitas” (futuras pipas) por los indígenas.
Al volver a España los tripulantes aspiraban ininterrumpidamente el humo de la nueva hierba llamada “tabaco”.
La planta estaba destinada a suscitar mucho interés, el embajador francés en Lisboa, Jean Nicot (de quien tomo el nombre la nicotina) adquirió unas plantas llegadas de América y las envió como homenaje a Catalina de Medicis, que estuvo entusiasmada porque sus cirujanos creían haber encontrado en la nueva hierba una panacea para curar las enfermedades, la llamaron “hierba santa” y “hierba de la reina”, pero más tarde el nombre de tabaco prevaleció.
Al principio sólo los boticarios podían vender la nueva planta y con receta médica.
En el siglo XVIII el gobierno francés estableció especiales normas e impuestos sobre la venta de tabaco, impuesto que en poco tiempo le reportó cinco millones de francos de oro, en la Revolución Francesa se concedió libertad a todos los ciudadanos para cultivar, vender y preparar tabaco, lo que permitió a un tal Robillard construir la primera manufactura en París, en el Quai d’Orsay y hacerse inmensamente rico.
Muchas plantas nuevas
La Manioca: de las raíces de esta planta, muy difundida en las regiones cálidas del nuevo mundo, se consiguen las mejores calidades de tapioca. Las costumbres de los indígenas, con el uso que hacían de este tubérculo debidamente triturado, despertaron la curiosidad de Colón que se preocupó de llevar a España la receta de una popular y sabrosa hogaza indígena llamada “cazabi” nombre del que deriva la actual “casovo” que es como se conoce en el Nuevo Continente a la harina de manioca, constituyendo uno de los ingredientes más usados en su cocina tradicional.
La calabaza: una hortaliza muy difundida en los países mediterráneos, al principio fue impopular como el tomate, hasta que las clases menos pudientes comenzaron a utilizarla en sus comidas.
Los cacahuetes: fueron descubiertos por los marineros españoles entre los primeros alimentos, los llamaron “avellanas de tierra” 0 “avellanas americanas”, muy bueno es el aceite extraído de ellos.
El cacao: tuvo un comienzo mejor que el del tomate y la calabaza, las bayas fueron conocidas en 1502 en el interior de una isla donde el cacao era usado como moneda de cambio, así lo cuenta el propio hijo de Cristóbal Colón:”En la isla de Guanaca o Guarnara mi padre encontró muchas de estas almendras que los de Nueva España consideran como moneda. Parece que ellos las tienen en gran estima, porque yo noté que en cayendo algunas de estas almendras, rápidamente se inclinaban a cogerlas como si se les hubiera caído un ojo”.
En 1515, en España, se probó por primera vez el chocolate, nombre que deriva de la palabra mexicana “choco” (cacao) y “lat” (agua), pero su uso fue inicialmente obstaculizado por el clero, en especial por un padre llamado Brancaccio que escribió una diatriba de uso chocolatae, hasta el siglo XVIII no se disfrutó sin prevenciones de esta bebida.
Coca, higo de India, pita y dalia
De la primera de estas plantas se extrae la cocaína, alcaloide muy usado en medicina y cirugía. Los marineros vieron que los indígenas panameños masticaban una pasta de estas hojas desmenuzadas y mezcladas con cal y vieron sorprendidos la acción energética y excitante, aunque trajeron a España semillas, éstas no arraigaron.
El higo de India y la pita, se aclimataron a la cuenca del Mediterráneo formando parte de nuestro paisaje hoy día.
La dalia crece hoy también en todos nuestros jardines y también tiene su origen en aquellos días, en Europa, al principio, se cultivaba por sus tubérculos comestibles, fue a partir del siglo XVIII cuando el señor de Mongolfier, que vivía en Annonay, al recibir a un amigo de las islas Mauricio consideró que las plantas de dalia eran de gran belleza y las utilizó como elementos decorativos difundiendo su cultivo.
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