Mi padre nos despertaba en Madrid, cuando éramos pequeños con este suculento desayuno los domingos, el lo llamaba desayuno Alpujarreño y recordaba que su ama (tuvo ama de cría) se lo hacía para que creciera fuerte, ya que entonces se apreciaba la robustez como sinónimo de salud y belleza. El rito incluye la forma de comerlo, ya que hay que montar “a caballito” el huevo sobre la tostada frita de pan y el jamón.
Ingredientes: 1 huevo, una pizca de sal, 1 vaso de aceite de oliva para freír, una loncha de jamón serrano, un manojo de ajetes, una rebanada de pan del día anterior.
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