Este delicioso plato nos recuerda los atrayentes y románticos enfrentamientos entre sajones y normandos, ahora, en la bruma del recuerdo, son seductores, pero, en su momento, esas históricas batallas debieron ser terribles y crueles, al fin hermanos contra hermanos enfrentados para dar el poder a una de las dos fracciones, en aquellas épocas los vestidos estaban relacionados con la clase social y cada ejercito tenía sus propios colores en la batalla, las casacas rojas o verdes, eran vestidas por cada uno de los bandos, ahora estos pimientos rellenos, rojos y verdes reunidos en el mismo plato nos muestran una paz en su sabor que da un final feliz a la historia.
Ingredientes: Una lata de pimientos del piquillo enteros para rellenar, ½ kilo de pimientos verdes finos, ¾ kilo de carne picada, 2 cebollas grandes, 2 vasos de vino blanco, 1 cucharadita de sal, ¼ de cucharadita de nuez moscada, pimienta negra molida, 10 cucharadas de aceite de oliva virgen, 2 huevos, 1 diente de ajo, 1 cucharada de tomate frito, una ramita de perejil picada, 5 cucharadas de pan rallado y 1 vaso de agua.
Preparación: Preparamos la carne picada poniéndola en un bol, añadimos la sal, la pimienta molida y la nuez moscada, mezclamos, entonces añadimos los dos huevos, ½ cebolla muy picada y el diente de ajo picado junto con el perejil y volvemos a mezclar.
Preparamos cada clase de pimientos diferente, primero rellenamos los pimientos rojos del piquillo y los vamos poniendo en una cazuela.
Después vamos rellenando los pimientos verdes quitando las semillas y el rabo y los ponemos en una fuente de horno.
El resto de la cebolla picada se sofríe a fuego lento hasta que tenga una textura transparente, y se aparta del fuego poniendo la mitad sobre cada clase de pimientos, incorporamos un vaso de vino blanco a cada preparación y ½ vaso de agua, y metemos los pimientos verdes en el horno durante unos 40 o 45 minutos a 200º, los pimientos rojos se ponen a fuego lento añadiendo la cucharada de tomate frito y tapando la olla, se harán más o menos en el mismo tiempo.
Los servimos juntos alternando los colores.
Tu mundo no es valle de lágrimas,
ResponderEliminarsino juerga y merendola,
y eso que nos ofreces, Carlota,
casi es Sodoma y Gomorra
puestas al horno y en cacerola.
Me guardo, pues, esta receta
de surtido relleno y condimento
y en trajinando entre ollas,
jamás diré soberbio, altivo ni orgulloso
"aquello o esto me importa un pimiento"
pues ante un plato tan delicioso,
mantener tal dicho, es de ser un "jeta"
o, aún mucho peor, ser un gilipollas.
;) menuda reflexión, no me había parado a pensar en la poca importancia que se da al pimiento, me alegro de dar ánimo a nuestras verduras, que lo necesitan, muchos saludos,
ResponderEliminarCarlota