martes, 27 de marzo de 2012

IPSE DIXIT



“Sonad esferas de cristal - Bendecid nuestros humanos oídos - Si es que podéis cautivar nuestros sentidos - Y dejad que vuestra campana de plata suene en melodiosa cadencia - Y que suene el órgano desde la profundidad de los cielos - Y que vuestra armonía multiplicada por nueve - Forme concierto con la sinfonía de los ángeles.

(Miltón, Himno de la Natividad)



“Él lo ha dicho”, estas palabras eran suficiente para que cualquier cosa fuera aceptada como cierta, todo lo que decía Pitágoras gracias a su prestigio, tenía presunción de veracidad.


Los números, el universo y la música de las esferas

Pitágoras consideraba que los números eran la esencia y el principio de todas las cosas, para él eran el elemento con el que se construyo el universo. Estudiando los fenómenos del universo llegaba a la conclusión de que la base fundamental de éste eran los números.

La relación entre las notas de la escala musical y los números condujo a Pitágoras a aplicar la palabra armonía al mundo visible, enseñaba que en el centro del universo había un fuego primordial origen de la vida, los planetas estaban dispuestos alrededor de este fuego central, las distancias que separaban los cuerpos celestes correspondían a las proporciones de la escala musical y suponía que estos ejecutaban una danza, con música, alrededor del fuego central.

Se creía que las esferas eran de cristal o de algún material cristalino y estaban dispuestas una sobre otra como cuencos puestos al revés. Cuando las esferas se movían hacían fricción y producían exquisitos sonidos armoniosos.

Ahora, dando la razón a Pitágoras en su intuición sobre la armonía musical del Universo, un satélite de la Nasa ha informado que la atmósfera del sol emite sonidos ultrasónicos interpretando una partitura en su cosmos con ondas, pero estas son 300 veces más graves que los tonos que nuestros oídos pueden captar.

El número de oro en las plantas

La estrella de 5 puntas inscrita en un pentágono, era el símbolo de la escuela pitagórica, a la razón entre una diagonal y un lado del pentágono lo llamaron razón áurea,

el número resultante, es conocido como número de oro y se representa

por la letra griega:

Este númeo está ligado a la naturaleza y al crecimiento de las plantas, así la distribución de las hojas en un tallo, que es estudiada por la Filotaxia, y está en función de la captación de luz y aire, normalmente sigue una trayectoria en forma de hélice relacionada con esta razón.

Nada impide pensar que el número de oro también está presente en el espacio y en la distribución de todo lo que contiene.



Pitágoras y la Alimentación ¿Tenía razón?

Pitágoras también predicaba la compasión hacia todos los seres vivos, por eso era vegetariano, y según Diógenes Laercio, se alimentaba de pan, miel y hierbas cocidas y crudas.

Se le atribuye la siguiente frase: “Oh compañeros, no den a sus cuerpos comida pecaminosa. Tenemos maíz, manzanas y uvas que doblan las ramas con su peso. Existen hierbas dulces y vegetales que pueden ser cocinados y suavizados con el fuego…”

Todo ello para disuadir de una alimentación agresiva basada en la ingesta de animales.

En tiempos más recientes se han realizado investigaciones con pueblos longevos como los Hunzas, pueblo que vive en el alto valle del Himalaya, al nordeste de Pakistán, la leyenda dice que descienden directamente de los soldados de Alejandro Magno, se mantienen en perfectas condiciones hasta más allá de los 100 años, varios doctores, como el Doctor Magsood Alí, y Robert McCarrison, estudiaron las condiciones necesarias para tener esa fortaleza física, llegando a la conclusión que era su alimentación lo que marcaba esa diferencia, se alimentan básicamente de granos, hortalizas , frutas, leche de cabra sin pasteurizar y manteca producida con ella, apenas toman carne y la que toman es magra.

Otros especialistas como André Bovis y André Simoneton, con sus experimentos han llegado a la conclusión de que los seres humanos deben comer principalmente hortalizas, frutas, nueces y pescado fresco, para energetizarse y sentirse sanos.

Sin embargo hoy día hay una corriente que continúa creyendo que ni siquiera esto es suficiente para tener una buena salud, ya que hay que tomar lo que se conoce como “alimentos vivos”, ya se hablaba de ellos a principios del siglo XIX, Joe Nichols, un médico de Atlanta, padecía del corazón, y leyendo se informó en una revista agrícola que las personas que comían alimentos naturales criados en suelo fértil, podían reponerse de problemas cardiacos, pero ¿qué es alimento natural? ¿qué es suelo fértil? se preguntaba.

Investigó sobre ello y descubrió que el suelo fértil se refería a no utilizar más que abonos naturales, en el libro “Nutrition and the Soil”, de Lionel J. Picton, averiguó que la alimentación natural debe conseguirse sin la ayuda de fertilizantes químicos, no solo esto es importante, parece que el cocinar los alimentos no les aporta nada, es mejor ingerirlos naturales y crudos, tomar verduras no cocinadas, lechuga, tomate, zanahoria, coles, remolacha…, es mucho más energético y saludable.


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