Mi padre me contaba de niña muchos cuentos, pero hay uno,
que ahora en la distancia, es como el cuento de su propia vida, era el cuento
del HOMBRE DEL MAR, un viejo pescador de pelo blanco, que vivía en una pequeña
casa encalada cerca del faro, y salía cada día a pescar, solo que siempre
volvía con caracolas vacías y piedras de colores, porque al final, soltaba a
los peces que pescaba, después de mucho tiempo tomo la costumbre de hablarles
como si en realidad estuvieran allí escuchándole y no comiendo las migas de pan
que les echaba, cantaba para ellos una canción de la que queda la melodía y se
han borrado las palabras, que hablaba de un reino marino y subterráneo parecido
al del hombre pero más solidario.
Con las conchas vacías y las piedras hacía naves, olas, pájaros,
elefantes, sirenas…, muchas obras que luego regalaba a los niños pobres que no
tenían otro juguete, me contaba, que un día, el viejo marinero fue al mar y le convencieron sus
amigos los peces para que visitara su precioso reino y ni el ni su barca volvieron.
Todo
lo que quedo fue su recuerdo y sus obras marinas, similares seguro a las que mi
propio padre hacía.
Buen pescador, buen hombre y buen padre. Además artista, utilizando solamente lo que da la mar. No me cabe duda que has heredado la magia de tus ancestros. !Qué blog más genial!
ResponderEliminarUn arte con mucho ingenio. Son recuerdos de tu padre, Carlota?
ResponderEliminarLos patitos son muy graciosos.
Supongo que tu también habrás hecho alguna que otra composición? (digo de objetos marinos, no de platos exquisitos que ya sé que sí)
Besos