“Los racimos blancos de la robinia, muestran en las ramas del árbol sus farolillos de olor enervante, de los que caen como gotas, los pétalos que se marchitan” (Robert J. Courtine -“La cocina de las flores”)
La descripción sobre la floración de la robinia, o acacia de flor blanca, que hace el escritor, es como una imagen sacada de las páginas de una novela de amor de época; una descripción que trae a la mente el agradable olor del aire lleno del perfume de hierba recién cortada en una fresca tarde de estío.
La robinia, en el siempre añorado tiempo del verano, invita a coger sus racimos blancos que cuelgan para trasformarlos en una delicia dulce, en exquisitos fritos de sabor delicado y antiguo. Un sabor, de otros tiempos
LA RECETA
Coger flores de robinia no demasiado abiertas. Limpiarlas con una servilleta, eliminar los pétalos marchitos y colocar sobre una bandeja los racimos. Esparcir azúcar sobre las flores y rociarlas con brandy o coñac. Dejar que repose todo, un par de horas.
Preparar la pasta para la fritura con
Coger las flores y robinia, pasarlas una a una por la pasta y luego freírlas en aceite muy caliente. Colocar los racimos fritos sobre papel absorbente esparcirles azúcar glass y servirlas calientes. Este plato, además de original, tiene un sabor muy agradable, precisamente, las abejas producen con las flores de robinia una miel de sabor muy apreciado, conocida como “miel de acacia”
Una agradable variante
Las flores de robinia sirven también para preparar un refinado adorno para la carne o el pescado asado, si en lugar de azúcar, las flores se salan ligeramente antes de ponerlas en el brandy.
Después de freír deben ser salados lo racimos de robinia un poco y si gusta añadirles un toque picante, con pimienta de cayena.
A provaaars. Gracias.
ResponderEliminarMi madre las hacia tipo buñuelos pero salados 😂🤔🤔🤔
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