viernes, 9 de abril de 2010

La Farmacia de los Animales

“…El elefante, cuando devora un camaleón que se confunde con el follaje, contrarresta este animal, que es venenoso para él, con el acebuche. Los osos, cuando han probado los frutos de la mandrágora lamen hormigas. El ciervo, con la hierba cinaris, contrarresta los efectos de las plantas venenosas de sus pastos. Las palomas torcaces, las grajillas, los mirlos, las perdices se purgan todos los años con la hoja del laurel; las palomas, las tórtolas y las gallinas con una hierba que se llama helxine; los patos, los gansos y otras aves acuáticas con la milenrama; las grullas y similares con el junco de los lagos. El cuervo, cuando ha matado al camaleón, que es nocivo hasta para su vencedor, anula su veneno con el laurel” (Plinio, el Viejo – “Historia Natural”).Plinio, el Viejo, fue uno de los primeros escritores de temas botánicos, hoy lo consideraríamos un naturalista, escribió sobre flores y plantas, dando detalles curiosos sobre la relación que existe entre animales y plantas, a veces se comentan de forma despectiva los conocimientos que no se consideran científicos y ortodoxos, pero se comete el error de ser anacrónicos al juzgar desde ópticas modernas el conocimiento en otras épocas, nos podría parecer curioso que ya en los tiempos en los que vivió este estudioso se constatara el instinto de los animales en la búsqueda y hallazgo de hierbas adecuadas para curar las heridas, sin embargo la fitoterapia, que es el uso de plantas con fines curativos, es tan antigua como el hombre, nuestros antepasados probablemente acudieron a ella tras observar las costumbre de los animales cuando aliviaban con plantas sus dolencias.

Los animales fueron los primeros en descubrir las propiedades de las plantas
Hay relaciones constatadas entre animales y plantas, que animan los mundos selváticos, los prados, pantanos y hasta nuestros océanos.
El contacto entre el mundo animal y vegetal nació de forma natural y espontánea con la evolución, hierbas y bayas, que representaron el alimento esencial de muchas especies, su nido y refugio, y con un especial instinto, los animales distinguieron pronto entre la vegetación aquellas plantas que contenían sustancias medicinales y beneficiosas.
Así, el lagarto, herido por la serpiente, buscó los tiernos brotes de la “Chondrilla juncea”, encontrando en ellos alimento y cura a sus heridas
.
La comadreja, antes d
e comenzar su caza para procurarse el alimento, adquiere energía renovada masticando hojas de la aromática “ruda”.
Las golondrin
as, cuando ven que sus crías tienen hinchazón y lesiones en los ojos buscan una mata de “celidonia”, arrancan una ramita y con la destilación de su corteza curan a sus retoños.
Los cuervos, cigüeñas, perdices y palomas, muestran gran interés por el “orégano”, con fines medicinales, cuando estos animales son heridos por espinas o flechas, comen orégano con voracidad hasta que el elemento extraño termina saliendo espontáneamente de la herida, que además cicatriza con gran rapidez.
Los aceites esenciales que la plantita contiene
provocan la formación de nuevos tejidos, provocando una acción repulsiva de elementos extraños en la piel, además las sustancias que contiene el orégano impiden el proceso infeccioso en la herida.
Los jaba
líes confían en las virtudes terapéuticas de la hiedra.
Las tímidas tórtolas para resistir el asalto de reptiles se nutren de la
“hierba de los bueyes” o “fabaria”, mientras que en períodos de inapetencia buscan el gusto de la comida picoteando hojas de “Convolvulus arvensis”.
Para la inapetencia, mirlos, perdices y palomas torcaces ingieren hojas de laur
el.
Cuando un cuervo mata un camaleón e ingiere parte de su sangre, que le resulta venenosa, también ingiere laurel como antídoto.
(Imagenes a la izquiera, ruda,
oregano y Convolvulus arvensis a la derecha Chondrilla juncea y celidonia.

Extrañas costumbres del mundo animal
Cuando tras el invierno, el oso despierta de su hibernación, sale débil de la madriguera, y antes d
e buscar alimento, excava la tierra en busca de un rizoma de “Arum”, de sabor acre, que le procura una cura desintoxicante. (foto a la derecha)
Los animales cuidan de su salud, bien con la cantidad de alimentos que ingieren o
bien con las hierbas curativas que consumen cuando requieren de sus efectos benéficos, pero también tienen extrañas costumbres, inexplicables, por ejemplo, la paloma torcaz, cuando ha sido atacada por alguna enfermedad vuela en busca de una hoja de laurel y coloca ésta hoja en su nido hasta que sana.
La abubilla, atacada a menudo por indigestión por comer demasiada uva, para curarse, bebe mucha agua, pero antes echa en el arroyo o riachuelo de agua un grano de uva.
Los perros y gatos, toman hierba para perder el exceso de bilis.
Muchos animales prevén la acción mortal del mordisco de los reptiles comiendo gran cantidad de hojas de “Pastinaca sativa”, lo que nos recuerda a los antídotos que los propios hu
manos tomamos como vacuna.
Detalles todos ellos extraordinarios sobre el i
nstinto de los animales y su conocimiento o intuición sobre el mundo vegetal. (Foto de la izquierda: Pastinaca sativa)

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