Noviembre: Su nombre deriva del latín “novem”, o sea nueve, pues era el noveno mes en el calendario gregoriano, en el que marzo era el primer mes, después retuvo este nombre aunque se añadieron los meses de enero y febrero y quedo como el undécimo mes.
Los antiguos lo representaban con la figura de un sacerdote de la diosa Isis, vestido con una túnica de lino, apoyado en un altar en el que había una cabeza de cabrito, animal que se sacrificaba a la diosa en el mes de noviembre, más modernamente, se representaba como un personaje vestido de hojas secas con una mano apoyada en el signo de sagitario y la otra sosteniendo un cuerno de la abundancia. En la edad media se simbolizaba por la matanza del cerdo común en los meses finales del año.
El inicio del mes supone para los celtas el momento cumbre de renovación, el día Santo en el que todas las cosas son nuevas, origen de un ciclo sagrado que finaliza en el mes de mayo. Se celebraba la fiesta principal de los celtas, Samain (Cho-ouinn), que significa final del buen tiempo, se comía cerdo, por la inmortalidad, y vino para entrar en trance, y se veía posible en este momento la comunicación con los que han franqueado la puerta de la vida, se pensaba que estaba abierta la puerta al mundo subterráneo de los antepasados.
En los países anglosajones esta fiesta se llama Halloween, en los germanos Walpurgis, y en los cristianos Fiesta de Todos los Santos.
Entre los egipcios era un ciclo de renovación también por la muerte y resurrección de Osiris, tras la que comenzaba el nuevo año ligado a las mudanzas del Nilo. Osiris se consideraba descubridor de la vid y del vino, era una divinidad muy semejante a Dionisios
En Italia se celebraban los Juegos Plebeyos, en honor a Júpiter. Es una época propicia para leñadores y pastores de ganado.
En Calabria, el texto de una clásica representación de los meses del año dice, entre otras cosas, que en noviembre tienes que buscar a quien sepa echar bien la simiente, un puñado para el campo y otro para las aves del cielo, reservando, en todo caso, un puñado de confites para todas las mujeres hermosas. Una larga canción abrucesa cuenta la historia de: “Un padre con doce hijos”, narra que noviembre siembra el grano, por el monte y por el llano, lo siembra porque es la estación adecuada y por ello noviembre es el mejor mes del año.
En la actualidad, en Grecia, en el mes de noviembre (el 21 de noviembre) se celebra una de sus fiestas más solemnes, la Presentación de la Virgen en el Templo (Eisódia tis Theokólou), muy importante en el calendario ortodoxo.
En el calendario hebreo corresponde aproximadamente con el mes de Kislev, en él se celebra “Jánuca”, la fiesta de las luminarias.
En el calendario árabe actual se denomina a este mes Du al-Qa’da.
La piedra de noviembre es el topacio, y su flor la caléndula.
En noviembre, en jardinería, es la época de proteger las plantas de las bajas temperaturas y la lluvia, deben disminuir los riegos, y resguardar las más delicadas y sensibles al frío.
Debemos suspender el abonado, la mayoría de las plantas están en etapa de reposo, es tiempo de plantar pensamientos, ciclámenes y rosales.
En la huerta es momento de cosechar calabazas, nabos, rábanos, zanahorias, judías verdes, coles, alcachofas, coliflores, espinacas…, y de recolectar bayas.
Alimentos de noviembre: Nueces, caquis, uvas, castañas, granadas, Calabazas, membrillos, apio, berenjenas, vieras, acelgas, cebollas, judías verdes, pimientos, y congrios, rodaballo, almejas…
Algunos refranes de noviembre:
En terminado noviembre, quien no sembró, que no siembre.
Noviembre, mes de batatas, castañas, bellotas y nueces.
Noviembre, si las flores dan, coge el azafrán
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