domingo, 2 de septiembre de 2012
RENDIDO A SUS PIES
La antigua Grecia rindió culto a los pies de los hombres
eminentes y a los de las mujeres más hermosas, existía la costumbre de besar
los pies de aquellas personas que eran veneradas.
El hijo pródigo besó los pies de su padre cuando retorno a
su añorado hogar, también se atribuye a María Magdalena, el episodio bíblico
que detalla la antigua costumbre de honrar los pies, los pies del Mesías
fueron besados, ungidos y secados con
ese antiguo rito.
Ya en la Edad Media, los enamoradizos trovadores besaban el
zapato de su dama en prueba de amor y rendida adhesión.
En el frívolo París del siglo XVII, la hermosísima cortesana
Ninon de Lenclos, lucía sus pies desnudos sobre bellos almohadones poniendo con
ellos broche a su legendaria belleza en las fiestas que celebraba en sus
salones
Pies, el pedestal del cuerpo
Tan importantes y tan olvidados a veces, aunque dado el auge
actual de culto a los zapatos de diseño, cada vez más personas ponen todo de su
parte para que esa zona de su cuerpo se vea resplandeciente.
En un viejo libro francés de cuidados del cuerpo se
recomienda un paseo diario durante una hora con los pies desnudos, sobre hierba
o el campo, se asegura en el librito que andar sobre hierba mojada es excelente
para los pies y una buena medicina para los nervios, se puede añadir que andar
sobre la arena de la playa es igualmente muy recomendable, lejos en cualquier
caso de los zapatos y el asfalto.
Pies “pa que os quiero”
- Andar 20 o 30 pasos sobre las puntas de los pies con las
piernas rígidas y las rodillas hacia dentro
- Levantarse sobre las puntas de los pies 20 veces y volver
a la posición normal
- Tenderse sobre la espalada, levantar las piernas y hacer
girar los pies veinte veces en una y otra dirección
- En la misma posición anterior mover los dedos hacia
delante y hacia atrás unas 20 veces.
- Después de una larga caminata no hay nada mejor que bañar
los pies en agua tibia en la que debemos disolver un puñado de sal.
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- ¿ Y de quién son esos piés
ResponderEliminarque asoman entre las sábanas?
- Del postillón que ha venido
a repartir una cartas.
- ¿ Y las reparte desnudo,
cual su madre lo alumbrara?.
- En verano nada más,
porque en invierno se tapa.
El noble, considerando
la situación con gran calma,
dijo a su esposa con pena
y mansedumbre en su cara:
- Siempre dije, Rosafrita,
que de buena, te pasabas"
(Romance de Rosafrita)
Romance de Rosafrita, muy bueno descocido hasta ahora para mí, espero que hayas pasado buen verano, Saludos
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