jueves, 28 de febrero de 2013
EL HUMO DE LA PAZ
Muchas plantas se cultivan para convertirlas en humo, el
fuego se consideraba que liberaba la esencia de las sustancias, por eso, se
quemaban desde los tiempos más remotos distintas plantas, por su olor para
inhalarlas o fumarlas.
Hoy, muchas variedades de plantas destinadas a este fin se
han extinguido o sus propiedades ya se han olvidado.
Una planta que tradicionalmente se convertía en humo era la
planta del tabaco, con sus grandes hojas de hasta 2 metros de altura, el nombre
proviene de la máquina que los indígenas americanos usaban para la combustión
de las hojas secas, con forma de Y, a la que denominaban “tubaco”.
Convertir en humo el tabaco tenía connotaciones religiosas y ceremoniales,
seguramente como una forma de alterar el estado anímico para acercarse a la
divinidad.
Cuando los conquistadores españoles llegaron al continente americano, la
utilización de la planta del tabaco estaba extendida por casi todo el
continente, no sólo convirtiéndola en humo y fumándola en ocasiones especiales,
sino también, masticándola, aspirándola por la nariz, ingiriéndola como
alimento, bebiéndola, e incluso, aplicándola sobre el cuerpo como un ungüento.
De dónde surge la costumbre de fumar esta planta se pierde
en la noche de los tiempos, sus hojas, secas, eran consumidas mezcladas con las
de otras plantas y con raíces y resinas, de las que no sabemos apenas nada, que
aportaban cualidades perdidas hoy, las tribus de indios de América del Norte
inhalaban el humo en ceremonias religiosas, siempre en grupo, como parte de
reuniones sagradas.
La famosa, por las películas de vaqueros, pipa de la paz, se
fumaba colectivamente en ocasiones especiales, como cuando se firmaban pactos de
colaboración y amistad entre distintas tribus.
El rapé, es el tabaco en polvo, estuvo muy de moda en el
siglo XVIII, Napoleón era un gran aficionado al rapé y tenía muchas preciosas
tabaqueras que ahora se pueden admirar en distintos museos.
El tabaco y sus usos fue conocido para los españoles gracias
a Colón, que supo de él en Cuba, de todas las maravillas que trajo en sus tres
Carabelas de vuelta a España en el siglo XVI el consumo del tabaco fue la más
extendida por España y más tarde por toda Europa.
Al principio su uso estuvo acompañado de importantes
polémicas sobre sus propiedades curativas o nocivas, pero terminó aceptándose y
fue uno de los productos más importantes del comercio con América.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuando lo expele mi delgado purito,
ResponderEliminarcon su blanco humo me constipo.
Mi purito entre amigos
es alma, cenit y esencia
de tan luminosa concupiscencia,
que tras la opípara comilona
por fumarlo,abandonan la charla
y saltan de la mesa en un brinco.
Tiene mi puro aroma y su gusto mola
y una frase pintada en su vitola:
Don Julián del número cinco.
Hoy el humo de la Paz no es indio
sino "canuto" de la amiga
que lo lía en cualquier sitio
mientras alguien la mira con espanto
corre a comprar su librito
antes de que cierre el estanco.
Saludos
jajaja, pobre el del purito con los tiempos que corren anti humo, Saludos Malvís
ResponderEliminar