EL BAÑO DE FRINÉ

“La belleza es solo el esplendor de la verdad” (Platón, "El Banquete").
“Solo lo verdadero es bello” (Boileau)
La admiración que causa la belleza es algo que hoy podemos constatar, ¿puede relacionarse lo bello con lo verdadero y puro?, según Platón si se podía y más modernamente, también Boileau opinaba de igual modo.
Hay una anécdota del pasado muy curiosa relacionada con importancia de la belleza y su relación con la verdad, se trata del relato sobre el juicio al que se sometió a la hetaíra Friné, famosa por su legendaria belleza.
Friné, cuyo nombre real era Mnésareté (en griego significa conmemoradota de la virtud); era la musa de Praxíteles, para quien posó como modelo para realizar varias esculturas de la diosa Afrodita. (a la derecha cuadro de Jean León Gérôme, sobre el juicio a Friné)
Fue injustamente acusada de impiedad, un grave delito sancionado con la muerte, defendida sin éxito por un gran orador de la época, Hipérides, y ante la actitud inflexible de sus jueces a los alegatos de defensa, en un momento de inspiración, su defensor, la quito la túnica dejando que su desnudez dijera la última palabra, todos los jueces quedaron sometidos a la perfecta belleza que solo podía ser un don de la diosa Afrodita, y fue de forma unánime absuelta.

RECETA DE LOS BAÑOS DE FRINÉ
Estos baños son maravillosos para dar frescura y refrescar la piel.
Baño para dar frescura a la piel:
Glicerina: 50 gramos (se puede encontrar en farmacias, también se puede comprar a buen precio en la página arvikamanualidades.com).Agua de rosas. 100 gramos
Ponemos el agua caliente en el baño y añadimos disolviéndolo muy bien los 2 compuestos anteriores, después nos sumergimos en él durante, al menos 20 minutos, en completo relax.
Baño refrescante:
Bicarbonato de sosa: 250 gramos
Almidón en polvo: 200 gramos
Esencia de romero 10 gramos.
Todo ello se disuelve en el agua del baño caliente, y nos sumergimos en él relajadas durante al menos 20 minutos.
Estos baños procuran una reacción saludable en el organismo, activando la circulación, y tonificando y embelleciendo la piel.

(Extraído del útil y bello libro de Carmen de Burgos “Tesoro de Belleza”)