domingo, 21 de marzo de 2010

Las Flores de la Era Atómica


“Vendrá un tiempo en el que por el cielo correrán globos de fuego, el hombre volará más rápido que el pensamiento y surgirán toda clase de prodigios en la Tierra.” (del libro de las profecías de Halm-el-Kalim, profeta árabe del siglo VIII a. de C.)


En la arena del desierto

Hace mucho tiempo que comenzaron los primeros experimentos atómicos, una zona donde tuvieron lugar fue en los desiertos de Nevada, una llanura sin límites seca por el sol. En estos últimos años, los científicos del Departamento nuclear Americano que tienen que controlar periódicamente las condiciones ambientales de los lugares en los que se han realizado pruebas de tipo atómico han comprobado un interesante y misterioso fenómeno.

En el desierto de Nevada, en la zona donde se produjeron los experimentos atómicos, se han desarrollado flores de formas nunca vistas y hierbas desconocidas, a pesar de tratarse de un yerto desierto sin agua.

Después de estudiar el fenómeno, la explicación científica es que el polvo atómico al depositarse en la arena del desierto le ha dado fertilidad suficiente para permitir la germinación de semillas traídas por el viento.

En cuanto a las caprichosas formas de las plantas y flores nacidas, sin duda se deben a mutaciones originadas por la influencia de la energía nuclear.

Lo sucedido confirma que es posible conseguir que las leyes de Mendel de transmisión de caracteres hereditarios entre plantas se puedan cambiar con hibridaciones y cruces entre especies para conseguir especies más ornamentales o alimenticias, que permitan una mayor utilidad.

Las primeras investigaciones nucleares con radiaciones se iniciaron después de 1945 y estaban dirigidas a obtener plantas gramíneas y leguminosas, con mayor contenido vitamínico y más resistencia a enfermedades o plagas de parásitos, luego también se extendieron al sector de la floricultura.

Los eficaces neutrones

Los estudios para obtener nuevos frutos y flores se llevan a cabo en varios centros nucleares empleando cobalto radioactivo o radiocesio y utilizando radiaciones de tipo X, gamma o neutrones.

Las flores tratadas se colocan en campos “gamma”, si son cultivadas directamente en tierra, o bien en “celdas” o “invernaderos gamma” si son cultivadas en maceta. Durante muchas horas son “bombardeadas” por radiaciones emitidas por la fuente artificial con tiempos e intensidad variables según las especies.

Los rayos van al “corazón de la célula” provocando mutaciones en la estructura de los genes responsables de las características hereditarias de las distintas especies, no todas las plantas responden igual, los rayos cambian el color de los pétales, varían la forma de las hojas, o incluso provocan cambios en los componentes químicos de la estructura vegetal.

Nuevos claveles, dalias y tulipanes

Entre las especies que mejores resultados han dado a estos procesos misteriosos y alquimistas de nuestros tiempos están las dalias, claveles, tulipanes, jacintos, bocas de dragón, crisantemos y la exótica violeta africana. También la rosa la forsitia, el hibisco y la espirea han respondido bien a la acción de la radiación, tras los experimentos las flores cortadas se mantiene mucho más tiempo frescas conservando su aspecto hasta la caída de sus pétalos.

Los experimentos continúan con la intención de proporcionar mejores alimentos al hombre, con más vitaminas o de más rápido crecimiento o dimensiones, tal vez también, algún científico romántico busque la rosa azul de los cuentos de princesas o la orquídea negra de la fantasía poetica.

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