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sábado, 22 de septiembre de 2012
DIETARIO DE BELLEZA DE LA CORTESANA
Rescatado del olvido y el polvo un librito de pastas gruesas
y hojas de seda mantiene intacto el mensaje de una inolvidable cortesana
francesa, cuyo nombre por coquetería no quería dejar impreso, firmando con
seudónimo como Friné, la histórica hetaíra griega nacida en el año 328 a . C.
Nuestra coqueta francesita comenta en su libro que lo mismo
que el estómago se cansa de la misma comida, el cutis necesita variedad, por lo
que ella recomienda variados tratamientos en su curioso dietario.
LUNES: Por la mañana, masaje con aceite de almendras dulces
y glicerina a partes iguales. Después, lavado con agua de romero y tila
mezclada en una cucharada de agua de Colonia. Por la noche, manteca de cerdo
pura mezclada con zumo de tomate crudo.
MARTES: Por la mañana, lavado del rostro con agua de romero
y agua de rosas mezcladas en partes iguales con una pizca de bórax. Por la
noche, masaje con lanolina y aceite de almendras en partes iguales.
MIERCOLES: Por la mañana, lavado del rostro con agua de
tomillo adicionada de una copita de caña de buena calidad. Seguidamente, empleo
de una crema a base de cera y esperma de ballena. Por la noche, masaje con
aceite de oliva y manteca de cacao.(A la derecha Ninon de Lenclos
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SÁBADO: Por la mañana, lavarse con agua de salvado a la que
se añade, mitad por mitad, leche agria (sirve también el yogur). A
continuación, se procede a un ligero masaje con aceite de oliva y de almendras
mezclado en partes iguales.
DOMINGO: Aplicación al rostro de una máscara de belleza a
base de harina de avena, zumo de naranja o limón, aceite de hammamelis y una
cucharadita de glicerina.
Esta máscara se deja reposar durante 30 o 40 minutos,
después se quita con agua caliente, aclarando después con agua fría. Seguidamente
se aplica la crema grasa, que también se deja reposar un cuarto de hora. Luego,
puede procederse ya al arreglo facial para el día. Por la noche, la limpieza
del cutis exige mayor trabajo, porque corresponde a la limpieza semanal.
LIMPIEZA SEMANAL
Poner un recipiente al fuego y dentro de él 2 litros de agua con 2 grandes
puñados de flores de saúco, un puñado de hojas de tila y otro puñado de hojas
de mirto. Déjese hervir y entonces se aplica al rostro lanolina pura, mediante
un masaje que la haga penetrar en los poros. Cúbrase la cabeza y tomar un baño
facial de vapor. Aguantar todo lo posible la acción del vapor en el rostro un
cuarto de hora, después lavarse con agua fría abundantemente para eliminar la
grasa del rostro y la suciedad de los poros desprendida.
Tras un breve descanso, antes de dormir aplicar una loción a
base de leche de almendras o pepinos frescos.
Si se sigue este dietario se proporcionará al cutis todo lo
necesario para su frescura juvenil y se lucirá realmente espléndida, no hay que
olvidar que el escote debe recibir los mismos tratamientos que el cuello y la
cara.
domingo, 9 de septiembre de 2012
POLLO EN SALSA DE LIMÓN
Ingredientes: Una bandeja de solomillos de pollo, el zumo de
un 1 limón grande, ½ vaso de maicena más una cucharada, 1 huevo, 1 vaso de
aceite de oliva, ½ cucharadita de sal, un par de vueltas de molinillo de
pimienta negra, ½ vaso de agua, 4 cucharadas de azúcar morena, una pizca de
azafrán o colorante y un chorrito de vino blanco seco (3 cucharadas).
Preparación: Preparar el plato con tiempo para poner en
huevo batido con sal y pimienta los solomillos de pollo, al menos 2 horas, después
ir pasándolos por el ½ vaso de maicena puesto en un plato hondo, una vez bien rebozados,
ir poniéndolos en el aceite caliente y dorarlos por ambos lados, cuando estén
cocidos ponerlos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite y
apartar.
En un cazo poner la cucharada de maicena y mezclar con el
vino, después poner en el fuego y añadir el agua, el zumo del limón y el
azúcar, dejar consumir hasta que adquiera consistencia cremosa, añadir una
pizca de azafrán o colorante para que tome un bonito color amarillo.
Poner los trozos de pollo en una fuente y regar con la salsa
de limón y servir caliente.
Se pueden también poner a calentar los trozos de pollo en la
cazuela donde preparemos la salsa para que se impregnen mejor de su sabor.
domingo, 2 de septiembre de 2012
RENDIDO A SUS PIES
La antigua Grecia rindió culto a los pies de los hombres
eminentes y a los de las mujeres más hermosas, existía la costumbre de besar
los pies de aquellas personas que eran veneradas.
El hijo pródigo besó los pies de su padre cuando retorno a
su añorado hogar, también se atribuye a María Magdalena, el episodio bíblico
que detalla la antigua costumbre de honrar los pies, los pies del Mesías
fueron besados, ungidos y secados con
ese antiguo rito.
Ya en la Edad Media, los enamoradizos trovadores besaban el
zapato de su dama en prueba de amor y rendida adhesión.
En el frívolo París del siglo XVII, la hermosísima cortesana
Ninon de Lenclos, lucía sus pies desnudos sobre bellos almohadones poniendo con
ellos broche a su legendaria belleza en las fiestas que celebraba en sus
salones
Pies, el pedestal del cuerpo
Tan importantes y tan olvidados a veces, aunque dado el auge
actual de culto a los zapatos de diseño, cada vez más personas ponen todo de su
parte para que esa zona de su cuerpo se vea resplandeciente.
En un viejo libro francés de cuidados del cuerpo se
recomienda un paseo diario durante una hora con los pies desnudos, sobre hierba
o el campo, se asegura en el librito que andar sobre hierba mojada es excelente
para los pies y una buena medicina para los nervios, se puede añadir que andar
sobre la arena de la playa es igualmente muy recomendable, lejos en cualquier
caso de los zapatos y el asfalto.
Pies “pa que os quiero”
- Andar 20 o 30 pasos sobre las puntas de los pies con las
piernas rígidas y las rodillas hacia dentro
- Levantarse sobre las puntas de los pies 20 veces y volver
a la posición normal
- Tenderse sobre la espalada, levantar las piernas y hacer
girar los pies veinte veces en una y otra dirección
- En la misma posición anterior mover los dedos hacia
delante y hacia atrás unas 20 veces.
- Después de una larga caminata no hay nada mejor que bañar
los pies en agua tibia en la que debemos disolver un puñado de sal.
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