jueves, 25 de febrero de 2010

Una guirnalda adornaba su hermoso rostro


“Tú… ponte coronas en tus hermosas trenzas, adornaos las tiernas manos con ramas de eneldo porque las felices Cáritas acogen a quien se adorna de flores: huyen de quien está sin guirnaldas” (Safo –“Sobre hermosas trenzas”)

(Narciso de Giovanni Antonio Bolltraffio)


Cuando era pequeña, siempre en verano iba al cine al aire libre con mis primas, entonces las películas, casi todas las toleradas (sin rombos) eran históricas y en ellas había siempre héroes coronados de guirnaldas de flores, así que imitando esa costumbre comenzamos a entrelazar flores para hacer una guirnalda nosotras, un tío nuestro nos vio hacerla y la deshizo diciendo que era de mal gusto hacer coronas de muertos, nadie entre nosotras había pensado en la muerte.

Ahora se que las guirnaldas en la antigüedad eran parte del atuendo de muchas personas y que podían expresar sentimientos, se adornaba la cabeza de los dioses, y la de los poetas reconocidos, y los héroes. Entonces, las guirnaldas tenían un significado preciso, y éste a veces dependía de las flores que se utilizaran para confeccionarlas.

En general era un signo de alegría y una corona de flores completaba el vestuario destinado a fiestas, danzas, teatro, juegos y reuniones sociales. Se coronaban poetas y gladiadores, actores, guerreros vencedores, sacerdotisas, esposos y filósofos.

Sólo en los días de luto se evitaba llevar coronas de flores en la cabeza, pero entonces se ponían sobre el pecho pequeñas guirnaldas de flores o bayas en señal de duelo.

Se cuenta, que Sófocles, mientras estaba asistiendo en el teatro a la representación de una de sus tragedias recibió la noticia de la muerte de Eurípides, que vivía en el exilio, ante la noticia, Sófocles se quitó la corona que adornaba su cabeza, todos los presentes, sin saber la razón también al verlo se quitaron sus coronas, e incluso los actores al intuir en el gesto algún suceso grave, arrojaron las suyas al proscenio, aunque continuaron con la representación. Sólo al final Sófocles conmemoró con tristes palabras la pérdida del gran autor fallecido.


Guirnaldas y hombres célebres

Julio Cesar llevaba regularmente una corona de rosas, al igual que Jenofonte (historiador ateniense, S. IV a. de C.) quien portaba una de olivo o romero, Anacreonte (poeta griego del S. V a. de C.) siempre portaba una de hojas de vid y rosas, y Pericles, antes de ir a ver a su hermosa Aspasia, se ceñía una corona de jazmín y de mirto, símbolo del amor.

La hermosa bailarina y hetaira Lais de Corinto usaba coronas de rosas de diversos colores según la túnica que vestía y las joyas con las que se adornaba. Dicen que una tarde, un joven admirador de Lais, le anunció que su mayor rival en belleza y arte, Theodota había fallecido, Lais conmovida arrojó al suelo la corona de rosas que adornaba sus cabellos de oro, algo que imitaron el resto de invitados de la fiesta, se apagaron las luces y el suelo quedó lleno de guirnaldas de flores, un gentil y triste recuerdo para la joven Theodota.

2 comentarios:

  1. Entonces los varones usaban guirnaldas en sus cabezas, de acuerdo a algún propósito. Que bueno que los caballeros de hoy día utilizaran en sus cabezas guirnaldas, o algo parecido; que no fueran esas gorras insulsas.

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  2. Entonces los varones usaban guirnaldas en sus cabezas, de acuerdo a algún propósito. Que bueno que los caballeros de hoy día utilizaran en sus cabezas guirnaldas, o algo parecido; que no fueran esas gorras insulsas.

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