En la oscura época de la Edad Media, en las grandes cortes feudales italianas se iba formando la esplendidez del Renacimiento, trovadores, juglares y poetas cantaban, entre otras, las gestas y alabanzas de Catalina, hija de Galeazzo María Sforza y viudad de Girolamo Diario, señor de Imola y Forli.
A punto de acabar el S XV en Italia ocurrían contiendas y guerras, que provocaban que los caballeros buscaran refugio y protección en los monasterios y conventos, se gestaban conjuras, se tramaban traiciones, los alquimistas buscaban la piedra filosofal y destilaban hierbas y bayas para obtener medicinas y venenos.
Justo en esta amalgama de vivencias al límite, nacían obras maestras, inmortales, en la pintura, escultura, poesía y literatura, Rafael, Miguel Ángel, Leonardo y Maquiavelo, por citar algunos de los hombres de la época, se inspiraban llenos de creatividad.
La mujer adquiere protagonismo, una de las más destacadas de su tiempo es Catalina Sforza, después de haber conducido a la batalla a sus soldados haciendo frente a las tropas del Papa Inocencio III, Catalina combate contra César Borgia, finalmente es obligada a ceder, pero comienza una nueva batalla, esta vez de amor, conquista el corazón de Giovanni de Médicis e incluso le da un hijo, que será famoso en su madurez con el nombre de Juan de las Bandas Negras.
En estos momentos de protagonismo, reconocida como señora, en la corte de los Médicis, surge su célebre recetario (ella tenía un laboratorio), en el que hay indicaciones para preparar pomadas, ungüentos, aguas y mezclas que, ésta fascinante mujer, preparaba en aquellos tiempos, unas de tipo estético y otras médicas.
Algunas de estas recetas todavía se pueden poner en práctica, porque el saber es intemporal, y es sabido el conocimiento que se llegó a obtener sobe hierbas beneficiosas por los antiguos herboristas.
LAS RECETAS
Para blanquear y curar el rostro quemado por el sol
Ya se sabe que aquellos tiempos no estaba de moda una tez morena, y ahora, por los peligros que conlleva el tomar el sol, y la relación directa de tomar éste con las arrugas del rostro, tampoco.
Entonces era hermosa la mujer de tez pálida, para lo cual basta con mezclar, según Catalina, azúcar con clara de huevo y agua de nueces, con los que debe embadurnarse la cara y cuello, lo que devolverá la blancura a las partes tostadas por el sol, y también quitará la tirantez que haber tomado el sol de más conlleva.
Agua para hacer crecer el cabello hasta el suelo
Preparar un cocido con un puñado de malva, trébol y perejil a partes iguales, con cuya cocción se lavará repetidamente el cabello y sólo falta esperar ver como hace maravillas.
Para conseguir un hermoso cabello rubio
Hervir hojas de yedra, cenizas obtenidas de los viejos tallos de la misma planta, y tres pedacitos de raíces de ruibarbo, después de que la mezcla haya hervido bien, se lava la cabeza con este agua, teniendo cuidado de que quede parte del compuesto, que se deja en infusión un día, se filtra, y con el agua impregnada, se empapa un paño que se envolverá en la cabeza hasta que esté casi seco, así, además de rubios tendrán un brillo sorprendente.
Para tener los dientes bonitos y brillantes
Tomar gruesos tallos de romero y quemarlos hasta que se conviertan en cenizas, poner éstas en una pequeña vasija con hojas de romero para que coja su olor, con estas cenizas frotar a menudo los dientes con un trozo de lino y después enjuagar con un buen vino.
Para lograr que el aliento esté extraordinariamente perfumado
Se necesita corteza de cedro, nuez moscada, clavo de clavero, y canela, todo ello pulverizado y mezclado con buen vino, se hacen pastillas y se toman antes de las comidas y después. No debe tomarse ni ajo ni cebolla, y se notarán los efectos.
Cocido contra el dolor de muelas
Coger 2 trozos de raíz fresca de beleño, 3 vasos de vinagre fuerte, hervir hasta que se consuma 1/3, introducir el resto en la boca sobre la parte dolorosa, lo más caliente que pueda soportarse, repetir la cura 3 veces al día, el diente se adormecerá y tendremos un gran alivio.
Agua para blanquear las manos y hacerlas muy suaves
Poner a hervir agua y salvado de grano hasta que se espese un poco la mezcla, luego pasar el agua por un colador y todavía caliente pon en ella una manzana cortada en pedazos, cuando el agua esté fría lavarse las manos que quedarán blancas y envidiables.
Curiosidades
Muy interesante :)
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