miércoles, 7 de abril de 2010

Pensamientos en Primavera

“Un suave perfume de flores desconocidas llega desde la playa; la ola del mar murmura y, bajo el golpe del remo, llueve: y el grillo canta ente la hierba…” (Byron- “Noches en el lago”) Vuelve la primavera, la época de las sensaciones, todos sentimos renacer la sangre, fluir de nuevo como un elixir por nuestras venas, dándonos ganas de tomar el fresco, el sol, la brisa, exponiéndonos al clima y también a nuevas aventuras con el amor, a nuevos proyectos que nos apasionen.
Entre la realidad y la leyenda
Gozar de la belleza de un huerto es quizá algo poco frecuente, pero la Naturaleza se manifiesta salvaje allí donde aún puede hacerlo, si pudiéramos acercarnos a campos de cultivo veríamos en flor, entre otros hermosos árboles, a los ciruelos y a los melocotoneros, la sustancia gomosa que se encuentra en las aberturas del tronco de los ciruelos y melocotoneros, es un medicamento excepcional para curar las llagas provocadas por la inflamación de las venas varicosas
Receta: Poner sobre las llagas una hoja de vid bien limpia y extender seguidamente sobre la hoja una capa de goma de ciruelo o de melocotonero disuelta en un poco de vinagre hasta que se transforme en una especie de ungüento.

Quien sufre de cálculos de riñón, hallará alivio en el jugo de las yemas de los sarmientos de la vid en primavera, o de las ramas del abedul.
Receta 1: Un vaso de zumo de vid o de abedul, tomado en ayunas por la mañana, tiene la virtud de favorecer la eliminación de los cálculos.
Receta 2: Idéntico resultado tiene tomar en ayunas medio vaso de vino en el que se haya disuelto un grumo de goma de vid del grosor de una nuez.

Las virtudes del Fresno
Pasear por un bosque puede procurarnos encuentros casuales con animales que viven en él, pero que tradicionalmente nos causan temor, como una serpiente, si tenemos en cuenta las tradiciones, basta con que el bosque sea de fresnos para que estos animalitos, y en general cualquier reptil, no lo transite, según cuentan las gentes rurales, cuando cualquier reptil encuentra un fresno en su camino, lo rehuye y rodea, ya que sienten gran temor ante esta planta.
Contaba Dioscórides en el siglo I d.C. que “si dentro de un cerco hecho con hojas de fresno pusiéramos en una parte una serpiente y en otra brasas ardiendo, la serpiente preferiría el fuego a permanecer en el fresno”
¿Cuál es el motivo de este terror ante el fresno?, la explicación de los herboristas antiguos es que los reptiles temen incluso la sombra de un fresno porque sus hojas son el mejor antídoto que existe contra el veneno de las serpientes y cura perfectamente las llagas que provoca su mordedura.
Receta: Basta con apretar una rama descortezada de este árbol contra una herida hasta que se caliente al contacto con nuestra piel, para detener la hemorragia y que cicatrice rápidamente.
Receta 1: Un vaso de zumo de fresno, tomado en ayunas por la mañana, cura una gran cantidad de males, ictericia, cólicos de hígado, afecciones renales, fiebre y pulmonía.
Para preparar zumo de fresno se machacan los tallos tiernos y las hojas de este árbol y se exprime su zumo.
Receta 2: Unas gotas de zumo de fresno sustituyen al colirio, usado cada mañana y tarde durante un mes.
Contra el mal de amores y la obsesión
Receta: Un pañuelo empapado en zumo de fresno y puesto sobre la frente alivia los dolores de cabeza más obstinados y rebeldes, cuando un pensamiento golpea una y otra vez en nuestra mente dándonos este malestar.
Receta: Un vaso de zumo de fresno tomado durante 3 mañanas consecutivas, a la vez que mantenemos durante ese periodo un estricto ayuno, o al menos solo ingerimos zumos de frutas, hace que se recupere la presencia de ánimo y se curen las heridas inflingidas a nuestro corazón que volverá a sentirse recompuesto y alegre.

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